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Extremadura, más allá de la gastronomía

Visitamos las cinco cuevas turísticas de Extremadura, que vienen acompañadas de un turismo de interior histórico y natural extraordinario.

Esta semana, nos acercamos a la Comunidad Autónoma de Extremadura para conocer las cinco cuevas turísticas que alberga. Un recorrido por una naturaleza diferente que ofrece al visitante una experiencia turística completa, más allá de la gastronomía.

Mina Burguillos

Ubicada en el municipio de Burguillos del Cerro, en Badajoz, se trata de un conjunto de tres minas (con el nombre de Monchi, Aurora y Nueva Aurora), con varios kilómetros de galerías subterráneas.

El visitante accede a un total de 1.200 metros en el que puede conocer, en el caso de las Minas de Burguillos, mineralizacones de vonsenita, allanita, axinita, lollingita y más minerales extraños.

Además, el turista conocerá, de primera mano, elementos habituales en la mina, como las vagonetas, los raíles y, por supuesto, las formas geológicas más representativas del mundo subterráneo.

Cueva de Castañar

Castañar de Ibor, en Cáceres, albergan este oficialmente declarado Monumento Nacional. Entre sus características, el estar formado por rocas excavada hace 500 millones de años, lo que dota al conjunto de galerías y salas subterráneas de una fragilidad extra.

Por ello, el usuario ha de organizar con antelación su visita, dado que éstas se realizan en pequeños grupos. Esta forma de preservar la cueva también beneficia al turista, que puede ver, de manera privilegiada, el desarrollo laberíntico de la Cueva de Castañar.

Entre los materiales que presenta, encontramos aragonito y calcita, en ocasiones teñidos por los óxidos de hierro y manganeso. Este espectáculo de color se combina con  agujas, cristalizaciones arborescentes, coladas, etc. que se pueden apreciar a lo largo de las diferentes salas (Nevada, Blanca, Roja, de las Banderas, etc.), de las que aprenderemos más en el centro de interpretación del espacio.

Cuevas de Fuentes de León

Estas cuevas se encuentran en el municipio de mismo nombre, en Badajoz. Se trata del conjunto kárstico más importante de la provincia, con cinco grutas conocidas (Agua, Masero, Lamparilla, El Caballo y Los Postes) y dos simas (Cochinos y Sima I).

En total, este conjunto de formaciones subterráneas ocupan 1.020 hectáreas de la zona conocida como Suerte de Montero. Espeleotemas variados son algunas de las formas que el turista se puede encontrar en las cuevas de Masero y Agua, esta última la más conocida del conjunto.

Las Cuevas de Fuentes de León, además, se constituyen como uno de los grandes yacimientos arqueológicos de la zona, especialmente gracias a los restos hallados en Postes y El Caballo.

Mina de la Jayona

También en Badajoz, concretamente en el municipio de Fuente del Arco, esta mina cesó su actividad hace ya un siglo. Dedicada anteriormente a la extracción de hierro, ahora sirve de cobijo de animales de pequeño tamaño y de grandes aves.

En su interior, el visitante conoce de primera mano la falla que da forma a la cueva, así como los pliegues y las mineralizaciones de hierro. Pozos, galerías y estructuras mineras hacen de la visita una experiencia completa del mundo subterráneo de nuestro país.

La visita se concentra en los niveles dos, tres y cuatro de la mina, que cuenta con un total de once. Éstos se desarrollaron desde 1.900, cuando comienza su explotación, hasta 1.921. Desde 1.997, la Mina de la Jayona es considerada Monumento Natural.

Mina Costanaza

En Cáceres, concretamente en el municipio de Logrosán, la mina forma parte del Geoparque Villuercas Ibores Jara. Una de las más importantes minas de fosfato en Europa en los felices años 20, detiene su actividad en 1.944.

La Mina Costanaza ofrece al visitante una visión diferente del mundo subterráneo, dado que le sumerge en la experiencia minera de principios de siglo XX, gracias a la ambientación de sonidos, ambientes y herramientas típicas.

Además, el turista puede adentrarse completamente en la actividad minera europea, con referencia en Logrosán, gracias al centro de interpretación, anteriormente el antiguo laboratorio de la mina.

 

Extremadura, además de turismo gastronómico, ofrece un turismo de interior único: naturaleza, la gran historia de conquistadores y, por supuesto, un rico mundo subterráneo, englobado en parques naturales, que permite visitas en familia, en pareja y con amigos.

Por supuesto, sin dejar de lado la rica gastronomía de una cultura basada en el producto de calidad, la cercanía y el buen trato al visitante.